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Vida en grandes paredes
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ALOCGAR:
La escalada en grandes paredes es una de las actividades más aventureras y complejas del mundo del alpinismo. Es allí en donde convergen todas aquellas técnicas y planteamientos logísticos empleados durante la escalada en roca y la escalada en terreno alpino.
No cabe duda que el mundo del montañismo es diverso en lo relativo al número de disciplinas englobadas bajo tal denominación. Es una gran familia en la cual cada uno de sus miembros actúa con total independencia. Hace años el alpinista era la figura representativa de tal concepto. Aquel individuo preparado para resolver cualquier tipo de escalada y en cualquier tipo de terreno, tanto en roca, nieve o hielo como en verano o en invierno.
Hoy en día la diversidad de facetas es más amplia y la especialización es lo más habitual, cubriendo todas aquellas actividades características del mundo de la montaña: escalada deportiva, escalada en vías de pared de varios largos, escalada en fisuras, escalada artificial, escalada de bloques, escalada de rocódromo, escalada de competición, escalada en cascadas de hielo, escalada de dry tooling, escalada de corredores, escalada en aristas, escalada alpina, escalada en terreno nevado, escalada en grandes paredes, etc.
En ocasiones los escaladores dispondrán del interés y la habilidad de practicar todas estas actividades en su totalidad, sin preferencias y a la antigua usanza. Otros escaladores, sin embargo, prefieren practicar solo una de las actividades del montañismo, centrándose en ella de manera predominante. Es una de las maravillas del montañismo: disponemos de espacio para todos, libertad de hacer lo que nos gusta sin sentirnos presionados. La escalada en grandes paredes representa uno de los retos más anhelados dentro del conglomerado de las actividades montañeras. En verano o en invierno, en la península o al otro lado del charco, en libre o artificial, en roca granítica, caliza o arenisca,… la gran “tapia” siempre nos está esperando.
Pero, ¿qué es una gran pared?
No disponemos de un número de metros exactos que nos sirvan para definir la altura mínima en la cual englobaremos una gran pared. Ni tampoco disponemos de una localización precisa en el planeta para definir una gran pared.
El concepto de una gran pared viene dado por una serie de variantes, tanto de carácter técnico como aquellas originadas por las condiciones morfológicas de la pared. No es preciso disponer de una pared de mil metros para considerarla candidata al termino de Big Wall. Una altura de 200 metros de desnivel en roca puede ser suficiente para definir tal concepto, siempre y cuando empleemos para realizar su ascensión las técnicas propias de escalada en grandes paredes.
Tales técnicas son particulares y disponen de unas condiciones muy específicas adecuadas a este terreno de juego. A continuación veremos algunos de los condicionantes que nos ayudaran a definir el concepto de una gran pared:
- con la posibilidad de vernos forzados a permanecer al menos una noche en ella. En ocasiones podremos prescindir de tal vivac simplemente con la ayuda de cuerdas fijas que nos permitan descender hasta el suelo y así continuar nuestra escalada al día siguiente.
- La ascensión nos obligará a emplear técnicas de escalada en artificial y técnicas de escalada en libre. En terreno alpino incluso será necesario el empleo de técnicas de escalada en hielo y nieve. Debido a la complejidad de los largos el mayor porcentaje de la escalada la realizaremos empleando técnicas de artificial, sin menospreciar la posibilidad de forzar esos largos en libre.
- El empleo de cuerdas fijas y su consiguiente proceso de ascenso y descenso será casi obligatorio.
- Debido a la larga permanencia en pared nos veremos obligados a izar petates cargados con el material y equipo necesario para llevar a cabo la escalada.
- Tal logística nos llevará a perfeccionar nuestro sentido de organización y seguridad en grandes terrenos verticales. Maniobras especiales de cuerda, como por ejemplo los péndulos o rápeles guiados, serán necesarias para poder salir de la pared con éxito.
- Será necesario el montaje de vivacs en repisas y hamacas con el fin de posibilitar el descanso de la cordada.
Si nuestra ascensión reúne todos estos condicionantes podremos hablar de escalada en grandes paredes.
Ahora bien, hoy en día los códigos éticos y mentalidad de los escaladores de pared han cambiado radicalmente con respecto a hace unos años. Por un lado disponemos de la mentalidad actual de realizar la ascensión limpia, en libre y con rapidez obligando a los escaladores a cambiar la logística y las técnicas empleadas, con el fin de salir lo antes posible. Por otro lado disponemos de la mentalidad de escalada en pared clásica, eso sí, un tanto más limpia con lo que respecta al empleo del material que hace unos años pero sin la presión de la velocidad y el tiempo a emplear en pared.
Un ejemplo de ello puede ser la vía clásica del Nose, en el Capitán. Es una ascensión de 1.000 metros que podemos escalar en tres horas o en tres días. Aquellos que escalan el Nose en menos de 5 horas son una selecta minoría, eso sí, en aumento debido a la mentalidad de la escalada actual. Los escaladores más “humanos” posiblemente escalamos el Nose en tres días o en el mejor de los casos, en menos de 20 horas. De ahí que sea cual sea nuestra elección a la hora de plantearnos tal escalada una cosa está clara, y es que la gran pared seguirá siendo grande al margen de nuestro planteamiento de ascensión. La preparación física y técnica de ambos grupos de escaladores está orientada al reto de una gran pared.
A continuación veremos algunos puntos significativos y a tener en cuenta durante nuestra escalada en grandes paredes.
ESTILOS DE ASCENSIÓN
La longitud de la pared, su dificultad, climatología, altitud, orientación o peligros objetivos van a determinar el estilo de ascensión empleado por la cordada. Así mismo, la mentalidad y preparación física de los escaladores serán un factor predominante a la hora de tomar tales decisiones.
Estilo alpino clásico
Lo emplearemos en vías de pared alpina de aproximadamente un par de días de duración. El primero de cordada escala con dos cuerdas en doble, de 8,5 o 9 milímetros y una mochila de poco peso. El segundo de cordada asciende con la mochila más pesada, bien escalando o bien ayudado por las cuerdas para progresar.
A veces el segundo de cordada puede emplear una de las cuerdas para ascender mediante un sistema de ascensión por cuerdas (jumars, prusiks, nudos, etc.) mientras permanece asegurado por la otra cuerda. Una vez montado el vivac, prepararemos el equipo para el día siguiente. Si ascendemos progresando por la cuerda hemos de tener precaución con los rozamientos de ésta con la roca, evitando que se pueda dañar o romper. En cordadas de tres escaladores repartiremos el peso entre los dos segundos, los cuales ascenderán cada uno con su respectiva cuerda.
Estilo americano de ascensión
Es el sistema de ascensión más empleado durante la escalada de vías en pared de varios días de duración (foto 1, ascendiendo en pared). El primero escala y el segundo asciende por la cuerda fija.
Para ello, el primero asciende con una cuerda de escalada en simple y de 10,5 o 11 milímetros de diámetro. Así mismo, el primero transportará otra cuerda auxiliar que le ayudará a subir el petate.
Ésta puede ser estática, para facilitar las maniobras de izado. Algunos escaladores prefieren, sin embargo, emplear una cuerda auxiliar dinámica, para poder usarla en el supuesto de que la cuerda principal de escalada se dañe. El proceso a seguir es el siguiente:
- El primero empieza a escalar asegurándose con la cuerda principal pasándola por los seguros que va colocando. La cuerda auxiliar cuelga del arnés sin pasar por ningún seguro.
- Cuando el primero termina el largo y llega a la reunión recogerá la cuerda sobrante, la plegará y fijará la cuerda a la reunión con un par de nudos de anclaje. Para mantenernos cerca de la reunión podemos emplear una cinta o probador, pero siempre permaneceremos unidos a la reunión mediante la cuerda de escalada.
- Al mismo tiempo pasamos la cuerda auxiliar por una polea con freno, la tensamos y avisamos a compañero de que la cuerda de escalar está fija y de que puede empezar a subir, una vez que suelte el petate de la reunión.
- El segundo asciende por la cuerda de escalada desequipando el largo, mientras que el primero se limitará a subir el petate hasta la reunión.
- Una vez que el segundo llegue a la reunión puede ayudar al primero a terminar de subir el petate, si éste no está ya arriba.
- Se produce el relevo de cordada, se pasa el material y la cuerda auxiliar y se repite el proceso sucesivamente hasta finalizar la vía.
Sistema de cuerdas fijas
La instalación de cuerdas fijas durante la escalada es una actividad muy empleada durante la apertura de nuevos itinerarios, sobre todo en regiones remotas. Para ello emplearemos cuerdas estáticas de buen grosor y resistencia de 10.5 o 11 milímetros de diámetro, con el fin de garantizar una mayor seguridad a la abrasión.
Los tramos superados en cada jornada los iremos dejando equipados con cuerdas estáticas fijadas a la pared, garantizándonos la retirada con la llegada de la noche o del mal tiempo. Tales cuerdas nos ayudarán a retornar a la pared y continuar la escalada en el máximo punto alcanzado.
Gracias a ésta técnica podremos continuar con la escalada hasta que decidamos que todo está preparado para realizar el ataque final. Con el sistema del empleo de cuerdas fijas se ha logrado ascender grandes paredes en regiones del Himalaya, Patagonia, Baffin, Alaska, Canadá, etc., lugares en donde la climatología es adversa e inestable. Estancias superiores a veinte días en pared son duras y casi imposibles de conseguir, debido sobre todo a la logística, a los víveres que hemos de transportar y al desgaste físico y mental que produce una prolongada estancia en pared. Bajar a la seguridad del campamento nos ayuda a cargar las pilas y esperar protegidos al buen tiempo.
Este sistema también es práctico durante la apertura o repetición de itinerarios cuando no disponemos de suficiente tiempo para finalizar la ascensión. Podemos fijar las cuerdas y regresar la semana siguiente a terminar o equipar la vía.
Sistema de cápsula
Se mezclan planteamientos ligeros con planteamientos pesados de ascensión. Se sube desde la base de la pared hasta alcanzar una altura determinada, equipando con cuerdas fijas estáticas. Una vez alcanzado ese punto se traslada todo el campamento: equipo de vivac, material de escalada, alimentos, etc. Una vez desde aquí repetimos el proceso hasta alcanzar nuestro siguiente punto de campamento.
Así iremos trasladando nuestra “cápsula” sucesivamente, hasta realizar el ataque definitivo. Para instalar los sucesivos campamentos podemos emplear repisas o bien instalar hamacas en pared. Ya cerca de la cumbre, y desde el último campamento, es posible emplear el estilo de ascensión alpino o el estilo americano debido a las ventajas en cuestión de ligereza que éstos ofrecen con respecto a los otros.
La ventaja del sistema de “cápsula” es que nos permite retirarnos a la seguridad del campamento en situaciones climatológicas adversas y con la ventaja de disponer de equipo y víveres suficientes para posponer la escalada.
TIPOS DE ESCALADA
Básicamente dos: en libre o artificial.
Escalar en libre vías de grandes paredes supone una preparación física, mental y logística digna de mérito, siempre de acuerdo
con las dificultades técnicas. En ocasiones el escalador aceptará un grado de dificultad máximo al cual enfrentarse y a partir de ahí, la escalada artificial entrará en juego. Otras veces la dificultad de la vía es tan compleja en artificial que las aspiraciones a escalar en libre son escasas, obligándonos a sudar sobre los estribos. Las técnicas de escalada en artificial son muy específicas, sobre todo cuando superamos dificultades por encima del grado de A2. La obligación de probar seguros y de emplear materiales muy específicos nos llevará al aprendizaje y dominio de técnicas especiales sobre los estribos.
REUNIONES
Las reuniones en una gran pared han de ser amplias y capaces de repartir las diferentes tareas de trabajo sin crear problemas ni confusiones. Las intentaremos confeccionar en horizontal en lugar de vertical con el fin de poder acoger a los escaladores y al equipo y material sin demasiados aglutinamientos. Para ello confeccionaremos dos o tres triángulos de fuerzas independientes pero al mismo tiempo conectados unos con otros, con el fin de compartir una reunión más segura.
El objetivo de disponer de varios triángulos de fuerzas es el de repartir las diferentes maniobras de cuerda empleadas durante la escalada de grandes paredes (foto 2, reunión en pared). En uno de los triángulos de fuerzas ataremos la cuerda de la cual sube nuestro compañero. En otro triángulo de fuerzas colocaremos la polea mediante la cual izaremos el petate. Nosotros nos ataremos al punto de la reunión más conveniente, siempre empleando para ellos dos anclajes diferentes. Uno puede ser la misma cuerda de escalada y otro puede ser una cinta de reunión o probador. En otro punto de la reunión colgaremos la hamaca, si ello es necesario, y en otro punto diferente intentaremos colocar el material y equipo de manera ordenada. Mantener la reunión limpia y ordenada es esencial durante la escalada en grandes paredes pues ello nos evitará confusiones y pérdidas de tiempo. Las cuerdas las colgaremos ordenadamente y listas para ser usadas. El material sobrante también lo colgaremos de manera que sea fácil de identificar y ser elegido. El petate, botes de agua y bolsas de comida las colgaremos en puntos separados y de fácil acceso (foto 3, reunión ordenada).
En reuniones con repisa el trabajo es más fácil de realizar que en aquellas que son colgadas. Si la repisa es grande posiblemente deberemos de extender la reunión de manera que nos facilite el desplazamiento de un lado a otro de la repisa. En reuniones colgadas es ventajoso el disponer de una hamaca de pared, la cual podemos desplegar para sentarnos y así asegurar al compañero. En largos de lenta escalada artificial es una comodidad.
CUERDAS FIJAS Y ASCENSO POR CUERDAS
La instalación de cuerdas fijas siempre es una tarea delicada. El primero de cordada ha de tener una idea clara con respecto a seguridad durante la escalada del largo. Cada vez que realiza una travesía, supera un techo o coloca un seguro ha de pensar en su compañero cuando a éste le toque subir por esa cuerda fija. Ha de tener en cuenta la posibilidad de malos rozamientos de cuerda que puedan poner en peligro la integridad de la cuerda cuando el compañero ascienda con los jumars.
Para evitar en lo posible tales peligros el primero ha de intentar mantener la cuerda alejada de aristas o resaltes afilados, ha de colocar seguros de manera que guíen la cuerda en una buena dirección y al mismo tiempo facilitar al compañero las maniobras de ascenso. En travesías será necesario que coloque los seguros cerca unos de otros de manera que el segundo no se sienta obligado a pendulear o saltar de mosquetón a mosquetón.
Una vez en la reunión el primero atará la cuerda al punto central del triángulo de fuerzas con reenvío a otro punto de la reunión. Con el fin del minimizar el impacto sobre la reunión, y siempre que sea posible, la cuerda podemos anudarla al último seguro por debajo de la reunión con un nudo ballestrinque (foto 4, cuerda anudada a la reunión y al seguro por debajo de ella).
Ahora la cuerda está lista para que el compañero pueda subir. En vías en las cuales dejamos cuerdas fijas instaladas en la pared el trabajo de mantenimiento es más fácil. Una vez que descendemos desde la reunión podemos instalar fraccionamientos de cuerda en puntos de la pared arriesgados o bien colocaremos protectores de cuerda (foto 5, fraccionamiento de cuerda).
Existen varios sistemas de ascenso por cuerdas. El más sencillo y popular en grandes paredes es el siguiente:
- Colocamos dos ascensores en la cuerda, con mosquetones de seguro.
Estos son muy prácticos y protegen la cuerda muy bien, sobre todo los que disponen de velcro.
- Al ascensor de arriba (derecha) le atamos un extremo de una cinta de bandolera. El otro extremo lo atamos a los dos anillos del arnés empleando para ello un nudo de alondra. La distancia adecuada de tal cinta es aquella que colgados en un desplome somos capaces de agarrar el ascensor manteniendo el brazo ligeramente angulado.
Si el brazo está extendido es mala señal. Tal cinta podemos sustituirla por un probador, el cual es fácil de ajustar.
- Al ascensor de abajo (izquierda) le atamos un extremo de una cinta de bandolera. El otro extremo lo atamos al anillo central del arnés, empleando para ello un nudo de alondra. La distancia de ésta cinta no ha de ser tan precisa que la empleada en el ascensor de arriba. En el mismo mosquetón de seguro del ascensor colocamos un estribo o cinta larga para el pié.
- El proceso ahora es sencillo. Nos cargamos en el pie del ascensor de abajo mientras deslizamos el ascensor de arriba. Descansamos en éste, subimos el ascensor de abajo y repetimos la maniobra (foto 6, colocación de puños ascensores en la cuerda).
Tal sistema de ascenso nos permite progresar por la pared de manera rápida y autónoma a través de techos, desplomes y otras configuraciones de la roca (foto 7, ascensión con puños en pared). En travesías de cuerda hemos de prestar atención a los ángulos de tracción de los ascensores con respecto a la cuerda. Para evitar que la cuerda se pueda salir del ascensor seguiremos los siguientes pasos:
- Colocaremos un mosquetón en el orificio superior del ascensor, pasando la cuerda por dentro de él. De éste modo evitaremos que la posible torsión de la cuerda pueda abrir la leva del ascensor con la consiguiente pérdida de la cuerda.
- Colocamos una cinta exprés o un probador en la cuerda directamente atada a nuestro arnés, obligando de tal manera a que la cuerda se oriente hacia nosotros. Tal cinta ha de ser corta con el fin de facilitar el ángulo y el desplazamiento de los ascensores (foto 8, moviéndose con ascensores en travesía).
En techos y desplomes podemos colocar los dos pies dentro del pedal con el fin de facilitar el impulso durante la ascensión.
PENDULOS
Los péndulos facilitan la conexión de fisuras o líneas de progresión proyectadas durante nuestra escalada. El primero de cuerda subirá hasta el punto del péndulo desde el cual será descolgado por el compañero hasta la altura deseada. Una vez allí se desplazará por la pared, de manera pendular, hasta alcanzar el punto deseado. En la mayoría de las ocasiones el primero seguirá subiendo un poco más, hasta que casi se encuentre en la horizontal respecto al punto del cual realiza el pendulo.
Tal maniobra facilitará la progresión del segundo de cordada. Antes de correr por la pared de manera incontrolada, el primero de cuerda ha de bajarse hasta encontrarse por debajo del punto al cual desea alcanzar. De tal manera una vez que comience a correr por la pared dispondrá de cuerda suficiente que le facilite alcanzar tal punto. Durante tal maniobra el escalador ha de recoger los estribos y mantener el material ordenado en el arnés o cintas de bandolera. Así mismo ha de tener precaución cuando corre por la pared en el caso de que no pueda alcanzar el punto deseado y ahora se vea obligado a correr en dirección contraria, en lugar de rozarse por la pared como si fuera un petate.
El segundo de cuerda ha de realizar las siguientes maniobras a la hora de seguir un péndulo:
- Primeramente soltará el petate de la reunión de manera controlada, ayudándolo a desplazarse con la misma cuerda o con un cordino auxiliar.
- Una vez fijada la cuerda de escalada, el segundo subirá con los ascensores hasta el punto del péndulo. El extremo de la cuerda lo ataremos al arnés.
- Una vez alcanzado el punto del péndulo él segundo se anclará a éste con una cinta o
probador y pasará los ascensores al otro lado de la cuerda, la que se dirige al compañero en la reunión.
- La cuerda por la que subió con los ascensores hasta el punto del péndulo ahora se haya floja. En ella colocará un descensor con un sistema de autoseguro si se desea.
- Comenzará a descender al mismo tiempo que los puños ascensores se tensan automáticamente guiándonos hasta la vertical de la reunión en la que se encuentra el compañero. Durante tal maniobra seguiremos los principios de seguridad aplicados durante la progresión en travesía con puños ascensores (foto 9, descendiendo desde el punto del péndulo. Los puños nos guían hacia la vertical).
- Una vez en la vertical del compañero el segundo se desatará la cuerda de escalada, la recogerá pasándola a través del punto del péndulo y seguirá progresando con los puños ascensores hasta alcanzar la reunión.
A pesar de sus apariencias es una maniobra sencilla y fácil de realizar. Simplemente requiere de práctica y atención, igual que ocurre en otras maniobras de cuerda.
IZADO Y DESCENSO DE PETATES
El izado del petate es la maniobra más dura de aquellas realizadas durante la escalada en grandes paredes.
¿Por qué? Pues porque siempre cargamos demasiado material y equipo. A veces por necesidad y a veces por temor. El resultado es un petate (o petates) de gran peso.
Una vez en la reunión confeccionaremos un triangulo de fuerzas específicamente destinado para subir el petate (foto 10, reunión triangulada).
Pasaremos la cuerda por la polea y recogeremos la cuerda sobrante. Una vez que el petate se halle colgando de la cuerda realizaremos los siguientes pasos:
- La cuerda se pasará por una polea con freno, con el fin de facilitar la retención del peso del petate.
- En la cuerda contraria a la del petate colocaremos un puño ascensor y el cual ataremos a nuestro arnés
mediante el empleo de una cinta plana o probador. Nosotros nos mantendremos unidos a la reunión a través de la cuerda de escalada, dejándola un tanto floja, para facilitar la maniobra. Podemos emplear un segundo punto de seguro empleando para ello una cinta larga de reunión o un probador.
- Si nos encontramos en una reunión colgada nos subiremos a los dos estribos, con el fin de conseguir una mejor plataforma de trabajo. A continuación subiremos el puño ascensor y nos cargamos en él con el fin de izar el petate. Repetiremos la maniobra con ritmo pero sin olvidarnos de tomar un respiro. Durante los primeros metros de izado deberemos de mantener un poco de tensión en la cuerda para ayudar al puño a subir. Una vez que dispongamos de un poco de cuerda extra la podemos dejar caer para crear un poco de peso y así deslizar el puño con facilidad (foto 11, sistema simple de izado. El puño irá conectado al arnés).
- Si el petate pesa demasiado podemos colgarnos del puño ascensor y tirar con las manos hacia arriba de la cuerda del petate, a modo de contrapeso. Es una maniobra práctica la cual deberemos de reforzar añadiendo una cinta con mosquetón de seguro a la reunión, en caso de que la polea se rompa. Hoy en día podemos emplear poleas de rescate profesional diseñadas para contrapesos, más seguras que las empleadas hace años.
- Si aun así el petate todavía es demasiado pesado podemos desmultiplicar el polipasto. Para ello podemos colocar un puño encarado hacia abajo en la cuerda del petate. Le colocamos una polea simple por la cual pasaremos la cuerda y la dirigimos hacia arriba pasándola por un mosquetón a modo de reenvío. A continuación colocaremos el otro puño en la cuerda de la cual tiraremos como hicimos en el ejemplo anterior (foto 12, sistema desmultiplicado de polipasto).
Una vez que el petate ha llegado a la reunión lo ataremos a ésta con un nudo de anclaje o cinta de reunión .
El peso del petate va a depender de nuestro tipo de logística de cara al tipo de ascensión. Cuanto más ligero mejor, pero a veces ello es complicado. El agua ocupa el mayor porcentaje en cuanto a peso. Es necesaria y cuesta dejarla atrás. Comida, equipo de vivac y vestimenta terminarán por llenar el petate.
Un bote que nos sirva de retrete y la hamaca completarán la carga. Incluso en épocas estivales la vestimenta ha de tomarse en serio.
Son muchos los rescates efectuados en el Capitán debido a las tormentas de veranoque han dejado a los escaladores empapados e hipotérmicos en pleno meses de verano, a causa de mal equipamiento.En ocasiones es cómodo transportar la hamaca abierta en la pared. Debido a la dificultad de algunos largos éstos requieren de mucho tiempo para su finalización. Si además la pared es vertical y carece de repisas puede ser muy conveniente asegurar desde la comodidad de la hamaca de pared.
Una manera práctica de transportar la hamaca abierta y el petate juntos es el estilo de “bandera”. Para ello atamos el petate al final de la cuerda, como de costumbre.
A continuación anclamos la hamaca a la cuerda mediante el empleo de unos cuatro mosquetones: dos en los extremos, uno en el centro y otro con los tirantes de la hamaca. La hamaca estará lista para ser empleada una vez que alcance la reunión (foto 14, petate y hamaca en estilo “bandera”).
Para descender con el petate emplearemos una técnica muy usada en maniobras de autorrescate:
- Extendemos el descensor y mosquetón de seguro con una cinta plana anclada a nuestro arnés con un nudo de alondra.
Colocamos un nudo autobloqueante en la cuerda por debajo del descensor y cerca de nuestro arnés, anclándolo con un mosquetón de seguro.
- Colgamos del descensor el petate de manera que el peso recaiga sobre la cuerda y no sobre nuestro arnés (foto 15, sistema de descenso de petate).
- Ahora simplemente descenderemos con el petate situado delante nuestro y entre las piernas, con total control de él.
Una vez que alcancemos la siguiente reunión de rapel podemos atar el petate a la reunión mediante el empleo de nudo dinámico con nudo de fuga, empleando para ello un cordino auxiliar.
El objetivo de tal es el de poder soltar el petate con facilidad al inicio del siguiente rápel. Si colgamos el pesado petate directamente de un mosquetón nos resultará difícil quitarlo y pasarlo a la cuerda del rapel.
Otra opción puede ser la de emplear un gancho fifi para colgar el petate en la reunión, con un refuerzo de una cinta con mosquetón por si las moscas.
MONTAJE DE VIVACS
Es la mejor parte del día. Un cafecito y trozo de salchichón después de una jornada dura de escalada. Si disponemos de repisas naturales, mucho mejor. Es conveniente estudiar la vía antes de aventurarnos a ella, estudiando largo tras largo y repisa tras repisa. Si es posible dejar la hamaca en el coche, también mejor, menos peso.
Las repisas naturales ofrecen un poco más de libertad que las hamacas. Nos podemos mover sin incordiar al compañero y podemos emplear el cuarto de baño sin hacer malabarismos. La reunión ha de ser capaz de proteger a toda la cordada y el equipo, aunque nos movamos de un lado para otro (foto 16, vivac en repisa con reunión y material). Nos mantendremos siempre atados a la reunión, incluso cuando dormimos. El arnés lo limpiaremos de material para que sea más confortable.En ocasiones es incluso una ventaja bajarse un par de largos y dejar las cuerdas fijas si con ello podemos disponer de una buena repisa (foto 17, vivac en repisa).
Las hamacas ofrecen más libertad a la hora de escalar en una gran pared. No tenemos que esperar a terminar el largo o a alcanzar la repisa. Simplemente la montamos a nuestra conveniencia. Es más peso que añadiremos al conjunto, pero a veces será la única opción. Es conveniente fijar bien las hamacas, tanto por encima como por debajo, sobre todo si las condiciones atmosféricas son duras. Elegiremos zonas protegidas de caída de piedras, hielo o agua. Debajo de techos encontraremos la mejor protección. Una vez en la hamaca es importante comunicarse con el compañero cada vez que nos movemos para utilizar el baño o coger algo en el petate, de lo contrario crearemos un efecto “columpio” no muy agradable.
En ambos casos podemos disponer de una pequeña tienda muy útil en escaladas invernales o en aquellas con expectaciones de mal tiempo.
NÚMERO DE MIEMBROS DE LA CORDADA
Una cordada de dos escaladores es sencilla y se mueve rápido en pared. Como hemos visto, el primero escala, fija la cuerda para el segundo y éste limpia el largo mientras que el primero iza el petate. Así largo tras largo (foto 18, subiendo en pared). Incluso si el primero llega a la reunión con cuerda suficiente puede empezar el siguiente largo autoasegurado mientras el segundo sube limpiando el largo. Una manera de ganar un poco de tiempo.
No obstante, una cordada de tres miembros puede moverse con más rapidez que una cordada de dos. Para ello será necesario disponer de una cuerda de escalada extra y un poco más de material. El proceso puede ser el siguiente, con algunas variaciones:
- El primero llega a la reunión y fija la cuerda de escalada. Al mismo tiempo fija también la cuerda del petate.
- El segundo empieza a subir por la cuerda de escalada limpiando el largo. El tercero sube directamente a la reunión con un poco de material extra y la tercera cuerda.
- Una vez que el tercero llega a la reunión puede empezar a asegurar al primero. Si es posible también comenzará a subir el petate, siempre y cuando no ponga en compromiso la seguridad de asegurar al primero. Cuando el segundo alcanza la reunión puede enviarle el resto del material al primero a través de la cuerda auxiliar y al mismo tiempo ayudará con la subida del petate (foto 18, cordada de tres: subiendo por la cuerda de escalada y cuerda auxiliar).
- Y así sucesivamente.
En una cordada de tres escaladores se reparte mejor el trabajo, las conversaciones sociales son un tanto más amenas y los quehaceres diarios son más llevaderos. Eso sí, requiere práctica y coordinación.
La escalada en grandes paredes es un reto, un sueño, una aventura…
Aquí os hemos ofrecido un conglomerado de técnicas y trucos al alcance de todos, y hemos revisado un pequeño trozo del pastel del vasto mundo de las grandes paredes. Existen cantidad de trucos y técnicas que solo la práctica puede darnos. Con seguridad y calma podremos llevar a cabo con éxito esos sueños que tanto anhelamos.
Texto y fotos: José Carlos Iglesias, Guia de montaña UIAGM y profesor de la EEAM
Fotografías realizadas en el Capitan (Yosemite) y las Fisher Towers (Utah)
LOBISOME:
Eres un autentico "mostro" Como los de toda la vida. (aplaudir2)
Esto lleva muchas horas de curro.
Que alguien te lo pague con hijos. (niños)
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