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Nudos, reuniones y aseguramientos básicos para la escalada
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Nudos, reuniones y aseguramientos básicos para la escalada
La cadena de seguridad está compuesta por una serie de factores que, trabajando al unísono, mantienen al escalador en sus pies. Son factores de seguridad y han de permanecer unidos. La ruptura de uno de tales factores puede producir el desequilibrio en el sistema de seguridad y en consecuencia, un accidente en la cordada.
Son varios los eslabones de tal cadena de seguridad: la cuerda, el arnés, los nudos, la reunión, el sistema empleado para asegurar al compañero, los mosquetones y cintas exprés, los seguros intermedios emplazados en la pared de roca, nieve o hielo, etc.etc. El buen empleo de cada uno de ellos mantendrá a la cordada segura. El mal uso de uno de ellos puede complicar la progresión de la cordada, ante la posible caída de uno de los escaladores.
La cuerda mantiene unidos a los miembros de la cordada. El arnés permite que nuestro cuerpo absorba la presión de una caída minimizando el daño. Los nudos mantienen a los miembros de la cordada seguros y permiten realizar maniobras de cuerda con la confianza necesaria de aguantar la peor de las caídas. La reunión posibilita el relevo de los largos y nos mantiene seguros y atados a la pared. El aseguramiento permite el movimiento del escalador y el frenado adecuado en caso de caída, ayudando a absorber las fuerzas de impacto generadas durante tal proceso. Las cintas y seguros intermedios permiten la absorción de la energía de tal impacto y por lo tanto liberar a la reunión y al compañero de una fuerza excesiva. Todos los factores de la cadena de seguridad trabajan en conjunto, dependiendo unos de otros. La seguridad de la cordada dependerá del buen o mal uso de cada uno de ellos (foto 1, cadena de seguridad en una cordada en pared).
Durante éste artículo revisaremos los nudos, reuniones y aseguramiento durante la escalada.
Nudos
Durante la escalada empleamos nudos para realizar infinidad de maniobras de cuerda. Nudos para atar la cuerda, anclarnos a la reunión, empalmar cuerdas, enlazar cintas y cordinos, fijar cuerdas a los seguros, ascender por cuerdas, etc. etc. Algunos de los nudos son polivalentes y los podremos emplear en diferentes situaciones, mientras que otros son muy específicos y particular a cada maniobra de cuerda. Existen gran cantidad de nudos, la mayoría de ellos originados en los deportes de vela y actividades marineras, y posteriormente aplicados a las actividades montañeras.
Con el transcurso de los años hemos ido adoptando aquellos que se adaptan de mejor manera a nuestras necesidades. Los hemos puesto en práctica y testado en laboratorios con el fin de poder hacernos una idea más clara de su resistencia y grado de seguridad. De ahí la importancia de elegir un pequeño número de nudos que sean útiles y polivalentes, con el fin de eliminar errores y confusiones. Con el fin de ayudarnos a tal elección a la hora de elegir un nudo sobre otro revisemos los siguientes puntos:
Resistencia del nudo. Hemos de intentar emplear los nudos que ofrezcan una mejor resistencia al trabajo destinado a realizar. Hoy en día disponemos de varios trabajos y estudios de resistencias de nudos, realizados en laboratorios y en el exterior. En el año 1998 la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca realizó un maravilloso estudio de resistencia de nudos para la técnica de escalada. En tal estudio podemos observar los diferentes nudos con sus respectivos números de resistencia y aplicaciones a la escalada. Con ello nos centraremos a elegir un pequeño surtido de nudos que nos permitan resolver cualquier situación durante la escalada. Hemos de tener en cuenta que la confección de un nudo en la cuerda, cordino o cinta va a reducir la resistencia de tales materiales, en algunos casos incluso hasta el 60 por ciento de pérdida de resistencia. Otras el veces, es mal estado de la cuerda o cintas incrementará el punto de ruptura del material una vez aplicado el nudo. Son algunos de los factores a tener en cuenta.
Nudo realizado en una cuerda antiguaFacilidad de confección. Cuanto más sencillo de realizar sea un nudo mucho más fácil será el recordarlo. La complejidad puede dar lugar a dudas y frustración. Si el nudo necesita nudo de remates o de refuerzo quizás sea necesario emplear otro más sencillo y sin complicaciones. Los nudos ha de estar bien peinados y rematados con el fin de garantizar su resultado y ser fáciles de reconocer. En la foto 2 observamos un nudo realizado en una cuerda prehistórica y en una reunión todavía en funcionamiento. Ante la duda de si el nudo está bien realizado o no, hemos de caer en la rutina de incluso deshacerlo y volverlo a confeccionarlo antes de colgarnos de él y poner nuestra vida en juego.
Efectividad. Un nudo ha de ser efectivo y cumplir su propósito de manera rápida y sencilla. En vías largas de pared no podemos perder tiempo confeccionando nudos que son difíciles de recordar o que tenemos dudas de su efectividad.
Nudos de unión
Son nudos que emplearemos a la hora de empalmar cuerdas o cintas, bien durante operaciones de rápel o bien durante la confección de anillos de cuerda o cintas.
Nudo de cinta. Es un nudo simple realizado por chicote, esto es, empleando la punta de un cabo. Es un nudo práctico para unir cintas o cordinos de reunión o anclaje. Es conveniente dejar un sobrante en cada extremo una vez que hayamos finalizado el nudo. Se trata de un nudo que se apretará enormemente una vez que apliquemos peso o carga, siendo difícil de deshacer (lo que en ocasiones nos puede interesar). Foto 3, abajo.
Nudo de ocho por chicote. Realizaremos un nudo en ocho en uno de los extremos de una cuerda y a continuación lo doblamos pasando por él la otra cuerda. Al final un nudo doble en ocho, dejando un poco de sobrante en cada extremo de cuerda. Es un nudo práctico a la hora de empalmar dos cuerdas de diámetro semejante durante las maniobras de rápel o bien cuando fijamos una cuerda directamente a un árbol o bloque. Foto 3, segundo nudo empezando por arriba.
Nudos de union
Nudo de pescador doble. Se trata de dos nudos dobles enfrentados y apretados entre sí. Es un nudo ideal para unir cuerdas de diferente diámetro durante maniobra de rápel. También es un nudo práctico para unir cordinos auxiliares. Foto 3, tercer nudo empezando por arriba.
Nudo de cola de vaca. Los americanos le llaman el nudo europeo de la muerte. Un poco exagerados, creo yo. Es un nudo muy práctico durante maniobras de descenso en paredes surcadas por fisuras y grietas. El diseño del nudo lo mantiene alejado de las grietas y de tal manera evita que la cuerda se nos pueda quedar enganchada en una de ellas. Para confeccionarlo simplemente realizaremos un nudo de gaza simple a unos 20 o 30 centímetros de los extremos de las cuerdas, apretándolo bien. Siempre que mantengamos el peso en la cuerda el nudo se mantendrá apretado pero en el momento que dejemos de pesar o tensionar la cuerda (por ejemplo si nos paramos en una repisa), hemos de tener la precaución de observar que el nudo se mantiene firme y apretado. Foto 3, nudo de arriba.
Nudo de ocho a la izquierda y nudo ballestrinque a la derecha
Reunión montada con el nudo en ocho de dos senos
un nudo alondra de manera precaria (a la derecha) y una cintal alrededor del mismo árbol ofreciendo un mejor anclaje (a la izquierda)
Nudo romano a la derecha y de mariposa a la izquierda
Encordamiento con el nudo ocho "reseguido" al arnes
Nudos autobloqueantes. Marchad con dos senos (arriba a la izquierda). Marchard con un seno (abajo a la izquierda). Prusik (arriba a la derecha). Autobloqueante abjao a la derecha
Nudo dinámico atado directamente a la reunión para asegurar al segundo de cordada
Nudos de anclaje
Son nudos que emplearemos para maniobras de cuerda relativas al fijado de cuerdas, atarnos a la reunión, maniobras de autorrescate, o incluso montaje de reuniones.
Nudo de ocho. La familia de los nudos en ocho es muy amplia y abarca todos los campos relacionados con la seguridad debido ello a su versatilidad, resistencia y facilidad de confección. Es nudo fácil de hacer y de deshacer. La carga de rotura del nudo es del 62% y el punto de rotura es de aproximadamente unos 1.600 kilos. Es un nudo muy empleado a la hora de autoasegurarnos a la reunión, para fijar cuerdas fijas y durante maniobras de rescate. En la foto 4, el nudo en ocho a la izquierda.
Nudo ballestrinque. Es un nudo muy polivalente y práctico que podemos emplear en todas las maniobras de cuerda. Su facilidad de ajustamiento y su alto grado de seguridad lo hacen uno de los nudos elegidos por los escaladores y grupos de rescate. Lo podemos emplear como autoseguro a la reunión, pues podemos ajustarlo a nuestra conveniencia y siempre permaneceremos asegurados a la reunión. También es muy empleado durante el fijado y ajustado de cuerdas, montaje de reuniones y maniobras de autorrescate. La carga de rotura es del 60% y el punto de deslizamiento sobreviene a partir de una carga aproximada de unos 1.200 kilos. En la foto 4, el nudo ballestrinque a la derecha.
Nudo de ocho doble y de dos senos. Un nudo muy resistente y práctico. Lo podemos emplear para fijar cuerdas o durante el montaje de reuniones. Si los senos los mantenemos juntos e iguales podemos fijar la cuerda directamente al anclaje, con una carga de rotura del nudo del 70% y un punto del rotura de aproximadamente unos 1.900 kilos. Antes de tensar el nudo tenemos la opción de ajuntar los senos a nuestra conveniencia. De tal manera podemos anclar cada uno de los senos independientemente en dos anclajes diferentes, manteniendo el sistema triangulado repartiendo las fuerzas en ambos seguros. Es una manera rápida y sencilla de montar una reunión y al mismo tiempo ahorrar material de montaje de reunión. En la foto 5 podemos ver una reunión montada con el nudo en ocho de dos senos. El escalador permanece anclado directamente a la reunión y a partir de ella aseguramos a nuestro compañero, en este caso es el segundo de cuerda.
Nudo de alondra. Este nudo dispone de un diseño frágil y muy vulnerable al soporte de grandes fuerzas, perdiendo aproximadamente la mitad de su resistencia. El rozamiento existente en el material durante su confección hace que limitemos el uso del nudo para solo determinadas ocasiones. Aquellas en las cuales simplemente hagamos uso del peso de nuestro cuerpo, como por ejemplo cuando atamos una cinta a nuestro arnés durante las maniobras de rápel y así poder anclarnos a la reunión. O para estrangular clavos o rivets durante escalada artificial. En la foto 6 podemos ver un árbol estrangulado con un nudo alondra de manera precaria (a la derecha) y una cinta alrededor del mismo árbol ofreciendo un mejor anclaje (a la izquierda de la foto).
Nudo romano. Es un nudo de anclaje diseñado para el montaje de cuerdas fijas, fraccionamientos, maniobras de rescate, tirolinas, etc. Es un nudo muy resistente y que podemos emplear en cualquier tramo de la cuerda, trabajando en línea y sin afectar la carga del otro extremo de la cuerda. En la foto 7, el nudo de la derecha.
Nudo de mariposa. Es un nudo de uso parecido al romano, pero de menor resistencia. Es muy práctico para maniobras sobre glaciares y montaje de cuerdas. En la foto 7, el nudo de la izquierda.
Nudos de encordamiento
El nudo más recomendado para atar la cuerda al arnés es el nudo en ocho por chicote. Es un nudo resistente, fácil de realizar y memorizar y no necesita de nudos de refuerzos. En cuerdas nuevas es conveniente apretar el nudo de vez en cuando pues tiende a aflojarse un poco. Es siempre necesario dejar unos centímetros de cabo de sobra. En la foto 8 podemos apreciar un encordamiento con el nudo de ocho al arnés.
Nudos autobloqueantes
Los nudos autobloqueantes son aquellos que realizamos en la cuerda con el fin de crear rozamiento y bloqueo a la hora de realizar maniobras especiales. Tales nudos serán imprescindibles durante situaciones de autorrescate, ascenso por cuerdas, sistemas de autoseguro durante el rápel, montajes de polipastos, rescate en grietas, etc. Los nudos los confeccionaremos a través del uso de cordinos y cintas simplemente enrollados alrededor de la cuerda.
Tal fricción en la cuerda nos permitirá el empleo del nudo en todas sus capacidades. Una vez que pongamos peso en el nudo éste se bloqueará en la cuerda con el fin de evitar su deslizamiento.
Existen una buena variedad de nudos autobloqueantes y elección va a depender de nuestros objetivos y maniobras de cuerda. Disponemos de nudos con bloqueo unidireccional o bloqueo bidireccional y su empleo también dependerá de la situación en la que nos encontremos.
Como norma general emplearemos para su confección cordinos de un diámetro no inferior a 7 milímetros.
Hemos de recordar que los nudos autobloqueantes realizan su función a través del rozamiento con la cuerda y tal rozamiento va a debilitar la vida del cordino.
De igual manera que hemos hecho al confeccionar otros nudos, los nudos autobloqueantes hemos de peinarlos bien y tensarlos antes de aplicar peso en ellos.
A continuación repasaremos algunos de los nudos autobloqueantes más versátiles a emplear durante la escalada.
Marchard con dos senos. Es un nudo que bloquea en ambas direcciones, muy práctico y resistente. Daremos varias vueltas alrededor de la cuerda y pasaremos el mosquetón por ambos senos. Es un nudo recomendado para el ascenso de cuerdas y durante la confección de un autoseguro para el rápel. La ventaja de éste nudo con respecto a otros es la de su facilidad de desbloqueo y deslizamiento después de aplicar peso en él. En la foto 9 arriba a la izquierda.
Marchard con un seno. Es un nudo unidireccional que se confecciona dando varias vueltas alrededor de la cuerda y pasando el seno inferior del cordino a través del seno superior. Es un nudo muy práctico durante maniobras de rescate y montaje de sistemas de polipastos pues funciona muy bien en combinación con una polea. En la foto 9 abajo a la izquierda.
Prusik. Es el nudo autobloqueante más conocido. Es fácil de confeccionar y bloquea mucho. No obstante es nudo difícil de deslizar y desbloquear una vez que le hallamos aplicado peso. Es un nudo práctico durante el encordamiento glaciar. Es un nudo bidireccional y a mayor número de vueltas alrededor de la cuerda mayor rozamiento. En la foto 9, arriba a la derecha.
Autobloqueante con mosquetón. Es un nudo que se realizar atando la cuerda a alrededor de la cuerda y un mosquetón amplio colocado paralelo a ésta. El seno sobrante lo pasaremos por otro mosquetón y del cual nos colgaremos. Es un nudo que se desplaza mejor que ningún otro a través de la cuerda, simplemente empujando el mosquetón. Hemos de tener la precaución de no agarrar el mosquetón del nudo al mismo tiempo que nos colgamos de él, pues de lo contrario desplazaremos el nudo accidentalmente. Es un nudo unidireccional muy práctico durante el ascenso de cuerdas. En la foto 9, abajo a la derecha.
Nudo dinámico
Es uno de los nudos más prácticos de los empleados en cualquier aspecto de las actividades del montañismo. Es un nudo apto para rapelar, para asegurar al primero o al segundo de cuerda, para descender pesos, para realizar maniobras de autorrescate y escape de la reunión, para tensar y bloquear cuerdas con nudos de fuga o para realizar maniobras especiales en pared o terreno glaciar.
Es un nudo que dispone de una capacidad de frenado muy alta y es dinámico, de ahí la ventaja de ser un nudo muy aconsejado para asegurar en largos de cuerda de carácter precario como ocurre durante la escalada artificial extrema o la escalada en hielo.
Es un nudo que todos debemos de conocer en caso de que perdamos nuestro aparato preferido de aseguramiento y rápel.
Se confecciona en un mosquetón ancho o HMS y es fácil de bloquear y desbloquear con peso, ayudados de un nudo de fuga.
Es conveniente que cuando empleemos el nudo para asegurar o rapelar lo hagamos manteniendo los dos cabos de cuerda paralelos con el fin de aprovechar la resistencia del nudo al cien por cien y así mismo evitar rizados en la cuerda.
En la foto 10 observamos el empleo de un nudo dinámico atado directamente a la reunión para asegurar al segundo de cuerda.
Reuniones
Las reuniones son uno de los elementos más cruciales dentro de la cadena de seguridad. Facilitan el relevo de los largos de cuerda y ofrecen un momento de descanso durante la escalada en pared, tanto en hielo como en roca. Las reuniones han de ser sólidas y a prueba de bombas y al mismo tiempo han de ser efectivas y rápidas de confeccionar empleando el material necesario, sin abusar. Las reuniones fijas hemos de revisarlas sin caer en la rutina de agarrarnos a cualquier cosa que encontramos en la pared.
Comprobaremos que los tornillos de expansión no están flojos o que los clavos se encuentran fijos en la fisura. Las cintas o cordinos también han de ser revisados y comprobar que los nudos son fiables o que el material no está podrido. Si es preciso emplearemos nuestras cintas o cordinos para garantizar la seguridad de la reunión. Normalmente emplearemos un mínimo de dos o tres puntos de seguro a la hora de confeccionar la reunión, dependiendo tal número de la condición de la roca o hielo y del material a emplear.
Si hemos de construir nuestra reunión en fisuras hemos de caer en la rutina de al menos emplear un mínimo de tres puntos de seguro. Si la reunión es fija con un par de seguros químicos, posiblemente la reunión responderá a nuestras necesidades. Hemos de recordar que las reuniones han de ser construidas con el objetivo de poder recibir el peor de los impactos y fuerzas de choque generadas por la caída del primero de cordada. Tirones transversales o en la vertical pueden debilitar y desplazar una reunión de manera peligrosa. A continuación veremos algunos puntos los cuales hemos de tener en cuenta en cualquier montaje de reunión.
Triangulación. Con el fin de compartir el peso de la reunión todos los puntos de seguro han de estar triangulados entre sí. Para ello pasaremos una cinta o cordino de reunión por todos los puntos de la reunión y a través del mosquetón. Realizamos un bucle entre los diferentes puntos y desplazamos la cinta o cordino hasta descansar en el punto central de la reunión y allí en donde queremos ejercer el peso.
Redundancia. Si un seguro de la reunión salta, el siguiente ha de aguantar el tirón del cordino o cinta de reunión. Cada uno de los seguros de la reunión ha de estar protegido por el siguiente, trabajando en conjunto. En la foto 11 observamos una reunión formada por tres puntos de seguro. Los dos puntos superiores están triangulados a través de un cordino y mosquetón de seguro. El punto de seguro inferior está triangulado a la reunión superior a través de otro cordino y de tal manera crear el punto central de la reunión, en el cual nos anclamos.
Extensión del sistema. En ocasiones nos puede interesar que la reunión no sufra choques y estiramientos bruscos en el caso de que uno de los seguros de la reunión salte. Para evitar tal extensión hemos de confeccionar un nudo en el punto central de la reunión, de tal manera la reunión no recibirá choques y extensiones peligrosas. En la foto 12 observamos una reunión de tres puntos triangulada con cordino y anudada en el punto central con el fin de evitar extensión en el caso del fallo de uno de los puntos de la reunión.
Angulo. El ángulo formado por la triangulación del cordino o cinta de reunión ha de ser lo más cerrado y cercano a 0 posible. Para ello intentaremos extender los seguros lo necesario para que tal ángulo no sobrepase los 60 grados. En una reunión de dos puntos un ángulo de 0 grados genera una fuerza del 50% en cada uno de los seguros. En un ángulo de 60 grados un 58%, en un ángulo de 90 grados un 71%, en un ángulo de 120 grados un 100%, etc. De ahí de intentar mantener tal ángulo lo más cerrado posible. En la foto 13 observamos una reunión compuesta de dos puntos y con una cinta triangulada formando un ángulo excesivo y peligroso, debilitando los puntos de la reunión. Una manera de arreglar tal problema es simplemente extender uno de los puntos, en este caso el de la derecha, con el fin de reducir el ángulo de la triangulación. Así lo podemos apreciar en la foto 14.
Tiempo. Las reuniones han de construirse en un tiempo razonable. En vías largas de pared el tiempo es oro.
Limpieza. Las reuniones han de estar bien organizadas y limpias. Los mosquetones de seguro cerrados y los cordinos y cintas ordenados, sin dar lugar a confusiones. Para confeccionar la reunión hemos de emplear el material necesario, sin excedernos y reservar material para el siguiente largo.
Reuniones montadas con la propia cuerda
En ocasiones puede ser interesante montar la reunión empleando la propia cuerda de escalada. Es un sistema rápido y que ahorra material. El inconveniente es el de que estamos atados a la reunión, por lo cual nuestro compañero ha de escalar de primero el siguiente largo. Si lo que hemos decidido es alternar cada largo de la pared, este puede ser un buen sistema de montaje de reuniones. En tal procedimiento también empleamos un trozo extra de la cuerda, algo a tener en cuenta si los largos son ajustados. A continuación veremos un par de ejemplos.
En la foto 5 hemos visto un ejemplo de reunión montada con un ocho de dos senos en dos puntos de la reunión. Nos hayamos atados a la reunión y a continuación podemos asegurar a segundo directamente a la reunión o a través de nuestro arnés con reenvio a la reunión.
En la foto 15 hemos realizado una gaza en la cuerda para poder triangular una reunión formada de tres puntos. A continuación simplemente nos hemos unido al punto central de la reunión con la misma cuerda.
En la foto 16 hemos formado la reunión a través de una combinación de nudos ballestrinques y gazas en ocho. Mantendremos el sistema tenso y triangulado ajustando esos nudos ballestrinques, el de la parte superior de la reunión y el confeccionado en nuestro arnés.
Aseguramiento
Otra vez más, uno de los puntos importantes de la cadena de seguridad. Asegurar al compañero es una maniobra sencilla, pero es quizás donde cometemos más errores, y en consecuencia, lastimamos al compañero. Aseguramientos en polea o en vías de un largo provocan gran cantidad de accidentes, por no prestar la atención necesaria al compañero que está escalando o siendo descolgado. Hemos de recordar que la vida de nuestro compañero se encuentra en nuestras manos. De ahí la importancia de vigilar la cuerda, asegurar correctamente y estar siempre alerta.
En el suelo hemos de asegurar manteniendo una buena postura alejándonos un poco de la pared y manteniendo el cuerpo en posición estable, siempre alerta ante la posibilidad de recibir un tirón de cuerda. En las reuniones de pared nos ataremos con la cuerda al punto central de la reunión con un nudo ballestrinque o nudo en ocho y a continuación podemos reasegurarnos a otro punto de la reunión, disponiendo de tal manera de dos puntos de anclaje. Recordemos que la cuerda es mucho más segura que cualquier cinta o daisy a la hora de atarnos a la reunión.
Dispositivos de aseguramiento y frenado
aparatos de aseguramiento y frenado. Muchos de ellos son simplemente variaciones del anterior modelo y otros, sin embargo, ofrecen alguna innovación nueva. Durante años vemos nuevos productos, unos son aceptados por escaladores debido a su diversidad, y otros, sin embargo caen en el saco de los recuerdos.
Sea cual sea el sistema de freno hemos de elegir aquél que sea práctico, seguro y fácil de manejar.
En la foto 17 observamos varios ejemplos de aparatos de frenado. Un ocho, plaquetas de freno y un grupo de aparatos automáticos y semiautomáticos.
Las plaquetas ofrecen un sistema de frenado mucho más dinámico que aquellos automáticos, algo a tener en cuenta en determinadas situaciones. Sea cual sea el sistema de freno hemos de asegurar de manera eficiente. Al primero de cuerda hemos de asegurarlo directamente al arnés, pues de tal manera el asegurador absorbe parte de la fuerza generada durante una caída. Una vez que el primero salga de la reunión colocará una pieza de seguro con el fin de evitar caídas de factor 2.
En la foto 18, vemos el aseguramiento al primero de cuerda. Al segundo de cuerda también podemos asegurarlo al arnés, pero con un reenvio de cuerda a un punto de la reunión.
En la foto 19 vemos como aseguramos al segundo de cuerda con una plaqueta de freno y un reenvio de cuerda a un punto superior de la reunión. De tal manera el aseguramiento es mucho más cómodo y fácil de realizar. Si el segundo se cae simplemente nos subirá un poco en la reunión, gracias al efecto polea. El punto en el cual colocamos el reenvio puede ser una de las triangulaciones auxiliares de la reunión o un buen punto de seguro de ella. Si no colocamos el reenvio en la reunión la caída y peso del compañero nos tirará malamente del arnés. Si además hemos de improvisar una maniobra de autorrescate o izado del compañero será más complicado que cuando colocamos el reenvio en la reunión.
Reunión formada por tres puntos de seguro
Reunión de tres puntos triangulada con un cordino y anudada en el punto central con el fin de evitar extensión en el caso de fallo de uno de los puntos de la reunión
Reunión compuesta de dos puntos y una cinta triangulada formando un ángulo excesivo y peligroso, debilitando los puntos de la reunión
Una manera de arreglar el problema reflejado en la foto 13 es extender uno de los puntos, con el fin de reducir el ángulo de la triangulación
Hemos realizado una gaza de cuerda para poder triangular una reunión formada por tres puntos
Hemos formado la reunión a través de una combinación de nudos ballestrinques y gazas de ocho
Algunos aparatos de freno
Aseguramiento al primero de cuerda
Vemos como aseguramos al segundo de cordada con una plaqueta de freno y un reenvio de cuerda a un punto superior de la reunión
Observamos en aseguramiento del segundo directamente al arnés
En la foto 20 observamos el aseguramiento del segundo directamente al arnés. Durante el aseguramiento siempre hemos de mantener la cuerda de frenado baja con el fin de ayudar en la frenada. Incluso cuando damos cuerda al primero o recogemos cuerda al segundo intentaremos mantener la mano del freno baja. La otra mano simplemente ayudará a mover la cuerda a través del aparato. Incluso durante el empleo de aparatos mecánicos ejerceremos tal rutina de aseguramiento.
También podemos asegurar al segundo directamente a la reunión. Es fácil si empleamos para ello un aparato de freno automático (tipo grigri) o semiautomático (tipo reverso), pues la cuerda bloquea en la dirección de caída. Ataremos el sistema de bloqueo al punto central de la reunión y lo atenderemos con ambas manos.
En la foto 5 vemos otra vez un reverso colocado en la reunión para asegurar al segundo de cuerda. También será fácil asegurar al segundo directamente a la reunión empleando para ello un nudo dinámico, como podemos apreciar en la foto 10.
De ninguna manera aseguraremos al segundo de reunión mediante una plaqueta de freno u ocho atados directamente a la reunión y sin haber realizado un reenvio de cuerda. Es peligroso al carecer el sistema de rozamiento, como apreciamos en la foto 21.
Las normas de seguridad las aplicaremos por igual durante la escalada en roca, hielo o nieve, con la única diferencia del material específico destinado al terreno de juego elegido.
Como hemos visto, el fallo de uno de los eslabones en la cadena de seguridad producirá el deslizamiento del sistema. La única manera de evitarlo es prestar atención y realizar las maniobras de cuerda con seguridad:
Elección de una buena cuerda.
Anclaje correcto al arnés.
Elección y confección del nudo adecuado.
Colocación del fisurero y posterior pase de cuerda.
Colocación correcta de cuerda a través de la chapa.
Montaje de una reunión segura y adecuada.
Aseguramiento correcto del compañero.
Una vez que tengamos las ideas claras con respecto al buen uso del material y de la técnica específica relativa a nuestra actividad solo nos quedará el trabajo de disfrutar de nuestra escalada. Con ganas.
Articulo escrito por Jose Carlos Iglesias y sacado de http://www.barrabes.com/revista/articulo.asp?idArticulo=6191
capitan trueno:
Con tanto nudo me he perdido (risa2) (risa2) (risa2) (risa2). Muy buen reportaje Alocgar (aplaudir1) (aplaudir1) (aplaudir1)
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